martes, 18 de junio de 2013

You've got mail

- Hola, ¿te apetece un café o salir a cenar o ir al cine durante el resto de nuestra vida? ...y jamás habríamos estado en guerra, solo discutiríamos por la película de vídeo del sábado por la noche.
- ¿Quién discute por eso?
- Algunas parejas... tu y yo no.





Tienes un e-mail. Esta es la última película que he visto. Soy una nostálgica amante de los clásicos lo reconozco. Cambien reconozco ser fan de Meg Ryan, pero de esto hablaré en otra ocasión.

Esta película me gusta, me parece que su historia es muy real, capaz de llegar a cualquiera, aunque todos Sabemos que el género romántico está casi centrado en mujeres. Tras ver la película me quedé pensando en lo impaciente que estaba Kathleen Kelly cada vez que esperaba el e-mail de Joe Fox. Sin embargo, para ellos no era más que un simple avance tecnológico todo eso del correo por ordenador. En el año 1998 era una "novedad" el poder enviar y recibir correo al momento. Pero a día de hoy, está tan extendido que no entendemos el mundo sin ordenadores e internet y los viejos métodos se pierden: ya nadie escribe cartas. Y estoy segura de que no me equivoco. Si mañana por la mañana bajara al buzón de mi casa, las únicas cartas que vería serían facturas, estas parecen no querer cambiar su vieja tradición, aunque cada vez hay más empresas que quieren cambiar su método tradicional al tecnológico.

Entiendo que el uso del correo electrónico es más útil es rápido y no es necesario cortar árboles para hacer el sobre, el papel ni el sello. Pero no podemos negar que es algo precioso. Si mañana enviara una carta a cualquier amigo o conocido, se alegraría de recibirla, le haría más ilusión si cabe que un simple correo.

Y es que enviar una carta a alguien se hace con mucho más cariño e ilusión se ponen más ganas. Enviar una carta implica escoger un papel y plasmar en él nuestros pensamientos. Podemos equivocarnos y tener que empezar de nuevo, o simplemente tachar y continuar. Hay que comprar el sobre y el sello. Todo esto implica ganas de hacerlo. Significa que la persona a la que escribes te importa realmente, que no es solo alguien más al que escribes. Para mí, escribir un e-mail es algo cotidiano que hago todos los días a veces sin poner verdadero interés en ello, lo hago y punto.

Hace 2 veranos, pasé un tiempo carteandome con una prima de Cuenca y fue muy especial. Ella me escribía y siempre me mandaba algún dibujo suyo o una foto, cualquier cosa. Y yo siempre estaba deseando que llegara su carta y cuando lo hacía, la abría rapidísimo con una ilusión enorme deseando saber lo que me querría contar esa vez. Yo escribía mi carta con papel reciclado unas veces, con hojas de cuaderno otras, y le contaba cualquier cosa que sabría que le gustaría.

Creo que es triste que esta bonita costumbre se acabe perdiendo, al igual que muchas otras que la electrónica está haciendo desaparecer. Espero que siempre quede algún nostálgico como yo, que sea aficionado a las cartas en papel, los libros con hojas, las postales y las fotografías impresas.

Si alguien quiere algún día recibir una carta perfumada, puede darme su dirección y le escribiré con mis mejores ganas. Mientras tanto, creo que me voy a comprar una máquina de escribir.

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